SCOOP

En busca del asesino del tarot

El Woody Allen más cómico vuelve a los papeles protagonistas en Scoop, la segunda película de su trilogía londinense. En ella, Allen encarna a un ilusionista neurótico que se aventurará en la búsqueda del asesino del tarot junto con una joven estudiante de periodismo. La estudiante, interpretada por Scarlett Johansson, es la que inicia esta investigación tras habérsele aparecido durante uno de los trucos del mago, el fantasma de un conocido periodista que descubrió al asesino.

El filme quizás no es uno de los mejores del cineasta, pero no deja de ser entretenida y no olvida aportar algunas frases célebres y su peculiar manera de ver el mundo. La comedia me parece una reinvención de la fantástica Misterioso asesinato en Manhattan, donde el tándem Keaton-Allen funciona a la perfección. La verdad es que la relación paternofilial entre Allen y Scarlett Johansson está bastante bien, aunque hay algo que parece no encajar. Quizás sea que le falte la fuerza y la personalidad de Diane Keaton a la hora de arrastrar a su compañero tras la pista del asesino.

En cuanto a las interpretaciones, el protagonista continúa con su eterno papel de hombre neurótico e inseguro que tan bien se le da. Mientras, la nueva musa del director lo hace bastante bien. Sin embargo, hay algo en esta actriz que me llama la atención: aunque su actuación a veces puede parecer fría y distante, posee un gran magnetismo ante la cámara que dota de pleno sentido su interpretación.

En definitiva, Scoop es una comedia que hará que los seguidores del cineasta neoyorquino disfruten con alguna carcajada y se metan de lleno en una intriga algo enrevesada pero sin duda interesante.